Filosofía

Hacia lo salvaje: proyecto

Hacia lo salvaje es un proyecto creado por Miguel y Sara, que empezó a gestarse a principios de verano del 2016 con la idea de poder compartir experiencias de viaje, tanto nuestras como de otros viajeros.



¿Cómo surgió?

Todo comenzó con el reencuentro de Sara y Miguel en la puerta de embarque del vuelo Madrid-Eindhoven. Ninguno de los dos esperaba encontrar al otro allí. Hacía varios años que éramos amigos, pero llevábamos un tiempo en el que no habíamos tenido demasiado contacto.

Yo me dirigía a Maastricht para hacer la última de mis pruebas, en los Países Bajos, para entrar en el conservatorio de música de Maastricht, con miras a ampliar mis estudios musicales. 
Justo a mi vuelta, hice el viaje más enriquecedor de mi vida hasta ese momento: El Camino de Santiago. Esta experiencia marcó un antes y un después en mi manera de ver los viajes, las cosas, la vida en general. Es un camino lleno de sufrimiento físico, pero en el que la hospitalidad, compañerismo y bondad de la gente sobresalen por encima de todo. Muchas personas llegan solas y terminan rodeadas de gente, allí nadie se queda atrás. Como dice el dicho: 'La meta es el camino'.  
A Miguel, en ese mismo día, coincidió que se le juntaron dos caminos en su vida. Dejaba su asiento vacío en el vuelo que tenía con destino a Marruecos por un vuelo directo a Eindhoven. Tenía planificado recorrer Marruecos durante el verano. Pero justo coincidió con una oferta de trabajo en los Países Bajos, que había echado hacía ya tiempo y de la que le llamaban en ese momento para ir. Tuvo que elegir qué camino escoger: si escogía Marruecos podría conocer toda la magia de sus gentes, del desierto, de su cultura. Pero en cambio, ir a los Países Bajos, suponía una oportunidad de descubrir otro país también muy interesante, y tenía la posibilidad de desarrollarse en un entorno completamente nuevo. ¿Por qué lo hizo? Al final, volver a Marruecos podría hacerlo en otro momento, y la oportunidad en Países Bajos, quizás, no se repetiría. 
Al final, yo fui admitida en el conservatorio y él se asentó en el país, pero resultó que estábamos en ciudades alejadas. La distancia se fue volviendo más corta, los planes fueron apareciendo solos y poco a poco se empezó a forjar este proyecto.
Uno de los sueños que Miguel ha tenido siempre, ha sido ir a China. Incluso estaba estudiando chino en la escuela de idiomas. Ahora, consiguiendo ahorrar gracias al trabajo que tenía, la oportunidad estaba más cercana. Pero, claro, las cosas van cambiando con el paso del tiempo. Al empezar como pareja nuestras ideas fueron modificándose y fuimos tomando decisiones más en común. Miguel, en primera instancia, iba a hacer el viaje él sólo, pero vimos que en pareja podría resultar más enriquecedor al compartir todo con alguien. Y a mí me encanta viajar pero, simplemente no me veo sola por el ancho mundo.

¿Cómo lo planeamos?

Empezamos a pensar sobre por qué lugares nos gustaría viajar, cómo viajaríamos, durante cuánto tiempo, con qué presupuesto, en qué condiciones… Y es que si algo tenemos claro, es que formar un proyecto de estas características no es nada fácil. Sobre todo, cuando pasas de pensar en un lugar en concreto a un sinfín de posibilidades que se acaban transformando en dar la vuelta al mundo.
Por supuesto, hoy en día todo es mucho más fácil con internet. El cicloturismo era nuestro modo de viaje preferente. Empezamos a mirar todo tipo de contenido online, sobre todo vídeo blogs de gente que vive viajando, y que además lo hacen de todas las maneras posibles. Con tantos ejemplos y relatos, las dudas van desapareciendo. Por ejemplo, a mí me preocupaba el tema de que dar la vuelta al mundo llevaría mucho tiempo y se podría hacer tarde a la hora de formar una familia. Y no me había parado a pensar en la posibilidad de tener los hijos de viaje hasta que vi familias que viajaban juntos, incluso algunos habían formado la familia por el camino de su viaje. Hay historias auténticamente increíbles por YouTube. 

¿Por qué viajar?

Lo que teníamos muy claro desde el principio es que hacer un viaje por el mundo es una gran oportunidad para conocer las diferentes culturas, modos de vida, de pensamiento… y tener un bagaje y una experiencia del mundo antes de asentarnos en un sitio fijo. Y por supuesto, hace que nos conozcamos a nosotros mismos mucho más, nos autosuperemos constantemente y afrontemos situaciones muy diferentes a las que nos pueden surgir en el día a día. 

¿Por dónde empezamos?

Decidimos prepararnos hasta conseguir reunir el dinero suficiente para poder comenzar. Eligiendo el cicloturismo como modalidad de viaje, lo más costoso es conseguir todo el equipamiento. Hemos visto gente que coge la primera bicicleta que encuentra y se lanza a la aventura. Está claro que puedes empezar con menos cosas, o con cosas más básicas, pero nosotros decidimos equiparnos bien antes de empezar. 
Entretanto, como Miguel había estudiado diseño web, se decidió a crear nuestra página web y blog, que después de unos meses estamos empezando a llenar de contenido. Esta web es la ventana al mundo de nuestro proyecto, el lugar donde plasmar nuestras experiencias creando contenidos no solo para expresar nuestras vivencias en forma de blog, sino también en forma de artículos que les sea útil a otras personas viajeras. (Tiempo después, hemos pasado el contenido a Blogger).
Aquí encontraréis artículos sobre las ideas, trucos, situaciones y opiniones que nos van surgiendo, tanto en la preparación del viaje, como en el viaje y después. Todo clasificado por temas, para que sea más fácil encontrar los post de interés para cada uno. 
Miguel se ha encargado más de la parte del diseño web y todos esos códigos tediosos, y yo, he aprovechado para sacar mi vena de escritora y juntarla con mi faceta artística. Y así, entre los dos, crear algo que nos llene de orgullo.

¿Por qué se llama Hacia lo salvaje?

Hacia lo salvaje es ahora un nombre obvio para nosotros. Pero todo, absolutamente todo hay que buscarlo y darle sentido. Estuvimos bastante tiempo dando vueltas al nombre. Es bastante difícil encontrar un nombre para una idea tan grande y extensa… ¡y que encima no esté usado como dominio! (todas esas cosas de Internet).
Poco a poco, íbamos pensando nombres con un requisito indispensable: estar de acuerdo los dos. Esto, que parecía complicar un poco más la cosa, se convirtió en una labor de ingenio: cuando creía que había encontrado el nombre perfecto a él no le convencía y así. Y con el extra del tema dominios de Internet.
De repente, un día escuchando cierta canción de Amaral nos iluminamos. ¡Es que nos lo estaba cantando! Y voilà, dominio libre. Desde aquí, gracias Amaral por inspirarnos.

¿Qué significa Hacia lo salvaje para nosotros?

Este proyecto significa mucho para nosotros. Le hemos puesto muchas ganas e ilusión y esperamos que sea un sitio no solo de dos personas que se van de viaje, sino también una comunidad de encuentro entre personas, viajeras o no, que quieran compartir su pasión por este modo diferente de ver las cosas.
Hacia lo salvaje es un viaje, un camino que nos acerca a la gente, a la naturaleza y a redescubrirnos, a ver la vida desde otra perspectiva, en otras circunstancias… Queremos que este viaje sea lo más respetuoso posible con la naturaleza, viajando con consciencia, creando el mínimo daño en el medio ambiente. Esta premisa es clave para responder el resto de preguntas.
Queremos descubrir, que no nos cuente nadie cómo es el mundo aquí o allí. Vivir, sentir, experimentar, perdernos, encontrarnos, conocer, y tantas y tantas cosas.
Además, hoy día tenemos la suerte que podemos compartirlo con mucha gente, que en muchos casos se sentirá identificada. Y eso también es muy enriquecedor: saber que aportas algo al resto y recibir de los demás.
Y de esta manera, Hacia lo salvaje ha ido encontrando su forma inicial, esperando crecer y crecer con cada viaje, con cada historia, con cada experiencia, con cada palabra, con cada persona, con cada lugar…

Hacia lo salvaje: nuevos horizontes

El proyecto Hacia lo salvaje fue, en un principio, concebido con la idea de viajar y descubrir nuevos horizontes. A través de nuestro primer viaje descubrimos que el camino hacia lo salvaje es mucho más que, simplemente, viajar: encontramos personas, lugares e ideas que ampliaron nuestros horizontes y también las posibilidades del proyecto. 


Viajar nos ha ayudado a comprender que existen muchas otras formas de vivir la vida, algunas nuevas para nosotros. Esto nos ha hecho plantearnos nuestro futuro de un modo distinto.
Hay quien emprende el camino nómada y no regresa ya a la rutina común, otras personas que descubren lugares que le apasionan en algún remoto lugar de su camino y se detienen allí para quedarse, y otras mil posibilidades. Nos hemos dado cuenta de que hay un tiempo para todo y que la edad no es algo importante cuando tienes un sueño/proyecto/objetivo/ambición... En nuestro caso, descubrimos que nos encanta viajar, pero también que nos gustaría echar raíces en algún lugar.
Antes de nuestro primer viaje ya nos apasionaba la naturaleza, pero de que te guste algo a estar integrado en ella tuvimos que dar ese primer paso de salir a descubrir. No es lo mismo hacer una ruta por la montaña de manera esporádica, que integrarse en los ritmos de lo salvaje durante un largo periodo de tiempo.
Cuanto más descubrimos sobre la naturaleza, más cerca queremos estar de ella, sentir sus ritmos, su lenguaje; queremos aprender a escucharla e integrarnos en ella. La naturaleza no es una cosa que te guste, sino algo a lo que perteneces. El respeto hacia ella, la sostenibilidad, el cuidado del medio ambiente, el conseguir su cercanía es lo que nos mueve en el día a día. El viaje nos ha abierto de par en par los ojos, nos ha mostrado gente que vive de forma diferente a la común, pero que por otro lado, está muy cercana a la naturaleza, que nos provocan envidia sana y ganas de emular los retos que han conseguido. Tenemos ganas de ser nosotros también capaces de lograr una vida más integrada en un entorno natural, lejos de la creciente artificialidad que va envolviendo todo.

¿Cuáles son los nuevos horizontes?

El propósito de Hacia lo salvaje no cambia, sigue siendo un camino de aventuras y descubrimiento, pero que no solo es un viaje como tal, sino que hemos comprendido que se trata de una experiencia de vida, un camino a emprender en busca, en gran parte, de ese reencuentro con la naturaleza que anhelábamos desde un principio, pero sin estar limitado a una experiencia simplemente de viajes.

El reto

En resumidas cuentas, nuestra intención es irnos a vivir al medio rural, formar un hogar en el que criar a nuestros hijos. Tener un huerto, animales y un bosque cercano de los que conseguir nuestros alimentos. Por supuesto, esto no quiere decir que nos convirtamos en unos ermitaños y reneguemos del mundo, pero sí es cierto que es otro estilo de vida. Es un nuevo camino el que emprendemos, pero que nos llena de mucha ilusión.
Por otro lado, tomar un enfoque así requiere que dediquemos un tiempo a ahorrar y tener que comenzar por la parte monetaria. Irse a vivir al campo puede resultar muy idílico, pero las casas y los terrenos, por muy abandonados que estén, tienen dueño.
Así que, aquí estamos de nuevo en los Países Bajos, trabajando para ahorrar y volver a poner en acción nuestros sueños. Y digamos que el reto de conseguir este dinero es para conseguir una casita en el medio rural por el norte de España. Y allí será donde comience nuestro proyecto de vida.

El plan

La idea es encontrar una casa rural con terreno en alguno de los cientos de pueblos en riesgo de despoblamiento que existen en España. Por lo que, además de comprar la casa, tendremos que contar con presupuesto para una buena reforma, y ahí empezará lo interesante: no solo la búsqueda de un punto en el mapa donde establecernos, sino ver si somos capaces de llevar a cabo esta hazaña. Reformar, comenzar a producir nuestros alimentos, ser capaces de encontrar un medio de financiación, formar una familia…Pero tenemos la experiencia de nuestro primer viaje, en donde aprendimos la mayoría de las cosas cuando nos  lanzamos a la aventura. Y salga como salga será una experiencia que nos apetece vivir.

¿Y los viajes?

Parece que con nuestro nuevo proyecto nos va a ser muy difícil viajar. Pero que no cunda el pánico, no es el fin del mundo. La experiencia nos dice, que aún con niños, con huerto y animales, viajar es posible. Así que, la idea de seguir conociendo otros lugares sigue en mente. Nuestro próximo objetivo es Latinoamérica y llegará, todo llegará. Tampoco olvidemos que el sueño de Miguel es ir a China… ¡Sigue quedando mucho mundo por recorrer!

Nuevos horizontes

Todo esto supone una ampliación también de nuestra página web, pues nos encantaría compartir con todos vosotros todas nuestras inquietudes. Por lo tanto, Hacia lo salvaje, aparte de ser una página web de viajes y aventuras, la ampliamos tratando también temas rurales, de restauración, de trabajo con madera, de agricultura y ganadería a pequeña escala, de niños y educación, de la naturaleza en general y lo que pueda surgir sobre la marcha.
Por supuesto, no pretendemos ser radicales en ningún aspecto ni imponer nada, simplemente pretendemos compartir nuestro punto de vista y esperamos abrir también vuestras miras y que, todo el que quiera tenga acceso a la información que necesita y se dé cuenta que otras formas de vivir también son posibles.
Nos encantará recibir comentarios, ya que queremos que este medio no sea solo en una dirección, no solo aportar, sino también recibir. Que al final, esta página sea un intercambio de conocimientos.

Bienvenidos una vez más Hacia lo salvaje…

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