España
Emprendimos nuestra marcha en Bayona y en poco tiempo entrábamos a Irún. Y aquí empieza el principio del final. Nos sentíamos contentos de volver a nuestro país, teníamos ganas de parar, aunque nos había encantado el viaje y en parte, también nos daba mucha pena terminarlo. En Irún ya nos empezamos a sentir en casa. Nos paramos a descansar un poco y hablar con la familia para decirles que habíamos entrado a España. Mientras estábamos hablando por teléfono sentados en un banco, se nos acercó un hombre en bicicleta. Se puso a hablar con Miguel y de repente me dice: ‘Venga niña, cuelga que nos vamos’. Resulta que este hombre es de San Sebastián que es donde nos dirigíamos nosotros. Miguel estaba viendo que había que coger un tramo de autovía en esa dirección, porque no hay otra alternativa y en efecto, este hombre nos lo confirmó. Iba con una mochila y nos dijo que venía de coger castañas y volvía para casa. Que nos diéramos prisa que se acercaba una tormenta. Madre mía, cuánt